Una buena y querida amiga a la que hace muuuucho tiempo que no veo (demasiado) me regaló este albornoz que había sido de una de sus hijas. Estaba en perfecto estado y era de buena calidad pero tenía una mancha de lejía que delataba que ya estaba un poco "tronado" como dicen por aquí y, además, comenzaba a valerle a mi hija a una edad en que ya no le pones fácilmente el rosa, así que, imaginación al poder! Con lejía lo igualé y pasé al blanco para que cogiera bien un tinte marrón chocolate y luego le puse unas poquitas aplicaciones. Os dejo ver una foto de detalle del original para que podáis apreciar el cambio, es radical. Seguro que le sorprendería a su anterior dueña. A ver si con la excusa de mostrarle el resultado retomo contacto con esta persona, para mí, entrañable.
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Original |
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Detrás |
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Delante
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Ah!! ¿y sabéis cómo le saldrán florecillas a este blog?
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Con vuestros comentarios!! |
El cambio le favorece mucho, además con esos parches con cupcakes seguro que ella encantada ;)
ResponderEliminarPues sí, encantadas las dos, porque yo me he propuesto ahorrar al máximo en todo lo que pueda, que sigue la cosa muy achuchá, jijijiji
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